En la tercera temporada de Black Mirror hay un capítulo que siempre recuerdo con temor. Es que en “Men Against Fire” (en español, “El hombre contra el fuego” o “La ciencia de matar”) unos soldados deben eliminar a personas que han sido infectadas por un virus. Estas personas son llamadas “cucarachas”. Al final voy a retomar este episodio pero antes, sería mejor hablar acerca de cómo el lenguaje de odio se difunde hoy en las redes sociales.
El cine como disparador de reflexiones
En los últimos años, el cine y las series se han encargado de entretenernos y hacernos olvidar un poco de nuestras responsabilidades. No intento hacer un juicio de valor sobre esto, cada uno sabe lo que debe o no hacer en su vida privada. Pero si cabe aclarar que, también hay producciones audiovisuales que nos dejan el camino abierto para hacernos reflexionar.
Si por ejemplo, uno mira Django sin cadenas (dirigida por Quentin Tarantino) más allá de las escenas de acción, puede reflexionar sobre el trato recibido por los esclavos (no eran más que objetos que recibían lo peor por parte de sus amos). Si, otro ejemplo, uno mira la Lista de Schindler, puede ver como un empresario nazi logra evitar la muerte de cientos de personas (la escena de la niña vestida de rojo lo interpela y es, justamente, la señal de su transformación). Hasta si miramos Rocky y vemos cómo vive el protagonista, si, observamos a los muchachos que están en la esquina en los tachos con fuego e incluso las calles de Philadelphia de aquellos años setenta, podemos pensar que el “sueño americano” era algo muy difícil de cumplir. La excepción, justamente, será el protagonista de la película.
Las producciones audiovisuales nos invitan a realizar otras lecturas. Por ejemplo, la película “Ha vuelto” nos hizo observar algo que percibíamos y que hoy está muy presente en las redes sociales y en la sociedad. El odio. El lenguaje de odio se instala cuando se atribuyen características negativas a grupos de personas (por afinidad política, por origen étnico, por cuestiones referidas a la sexualidad y otras características). En esos discursos se utilizan insultos para atacar a personas y grupos. Se expresan deseos violentos y amenazas (“los iremos a buscar”). Se difunden teorías conspirativas sin base alguna para fomentar primero la duda y luego el odio y la desconfianza hacia cualquier grupo.
Un aspecto a tener muy en cuenta
El punto más saliente del lenguaje del odio es el de la deshumanización; se compara aquí a personas con animales, objetos. Un claro ejemplo es el de Mein Kampf, en dónde Hitler habla de plagas. En el pasado, los medios de difusión eran las radios, los periódicos, los panfletos y volantes. Hoy, los medios más importantes por su alcance y posibilidad de viralización, son las redes sociales.
Volviendo a Black Mirror y ese capítulo de la tercera temporada, me queda contarles de qué se trata. En un futuro distópico (no tanto, diría) estos soldados deben eliminar a los “cucarachas”. Poseen para amplificar sus funciones, un bio implante en sus ojos. El aspecto de los “cucarachas” es realmente aberrante y su comportamiento es sumamente agresivo. Sin embargo, uno de los soldados nota una falla en sus implantes oculares que, finalmente, dejan de funcionar. Descubre entonces, que las cucarachas, no tienen sus rostros deformes, su comportamiento no es agresivo, sino de temor ante ver soldados apuntándolos y matándolos. No voy a contarles el final del episodio, pero sí invitarlos a verlo.
En nuestros días, no tenemos implantes que medien entre la realidad y lo que pensamos. Tenemos celulares, computadoras y otros tantos medios de comunicación que de alguna manera pueden inducir y moldear nuestras ideas. Por eso es importante rechazar categóricamente este tipo de discursos, provengan de donde provengan, ya que el odio siempre se dirige hacia el diferente. La humanidad se caracteriza, justamente por la diversidad, étnica, cultural, política, religiosa, etc.
Pensemos entonces que pasaría si la tecnología y su capacidad de comunicar o mostrar, estuviera al servicio del lenguaje del odio y pensemos si ese mundo distópico es más real y tangible de lo que parece. Hoy el lenguaje de odio se difunde con las redes sociales y es necesario hablar de ello y desarticular su mensaje. Como dice la frase de Maya Angelou, “el odio ha causado muchos problemas en el mundo, pero no ha ayudado a solucionar ninguno”.